Deseo que poco a poco lleguemos a construir un blog interesante centrado sobre todo en nuestra materia y que saquemos el máximo provecho a esto. Espero que publiquemos, dialoguemos y además lleguemos a saber y aprender sobre este aspecto un poco más. Así que "manos a la obra", un saludo a todos y ánimo.

lunes, 26 de noviembre de 2007

LA PROGRAMACIÓN EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE

LA PROGRAMACIÓN EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE

1. INTRODUCCIÓN.
En este tema vamos a conocer y estudiar los conceptos de diseño y programación
de la formación para resaltar la importancia de la realización de esta tarea previa a la
acción formativa que va a imprimir previsión, coherencia, orden, y por supuesto,
calidad al acto de formar.
La programación didáctica es el proceso mediante el cual se establecen y ordenan
los distintos factores que intervendrán en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Es un
proceso de reflexión y toma de decisiones en el que se ha de reflejar por escrito qué y
cómo se pretende enseñar a lo largo de un proceso formativo. En este sentido toda
programación es una declaración de intenciones, una toma de posiciones del formador
que la realiza ante la acción educativa que tiene a su cargo.
La programación de acciones formativas supone una ayuda imprescindible en el
proceso de enseñanza-aprendizaje, en la medida que nos permite anticipar y organizar
la propia actuación docente, la del alumnado y la interacción que se produce entre
ellos para alcanzar los objetivos deseados.

2. CONCEPTO DE PROGRAMACIÓN DIDÁCTICA.
El término de programación se deriva de “programa” que etimológicamente quiere
decir «anunciar por escrito». Existen numerosas definiciones del término
programación, pero para tener claro a qué hacemos referencia con este término,
nosotros vamos a considerar la siguiente:
Definición de programación didáctica:«Proceso que establece las pautas de actuación de un proyecto de enseñanzaaprendizaje.
Supone, pues, un conjunto de operaciones que el formador o formadora,
individualmente o en equipo, lleva a cabo para organizar, disponer, ejecutar y
regular una actividad didáctica, situada en un determinado contexto educativo».
Por tanto, programar consiste en dar unidad y sentido a cada una de las variables
que se contemplan en la labor formativa: grupo, objetivos, contenidos, metodología,
tiempo, recursos didácticos y evaluación.

3. ¿POR QUÉ PROGRAMAR?
Estamos ante uno de esos aspectos que en muchas ocasiones se entienden como
un trámite administrativo que hay que realizar y que está fuera del proceso formativo.
Este es una asunción errónea muy extendida. Programar es parte muy importante del
proceso de enseñanza-aprendizaje. Una buena programación aportará beneficios a
los distintos agentes implicados en dicha acción formativa: Administración,
profesorado, alumnado. (Programa Libra, 1997).
Al formador o a la formadora:
• Es una guía sobre la que prepararse la materia, organizar el tiempo que
debe tardar, preparar los materiales que va a necesitar, la organización de
grupos, etc.
• Es una fuente de permanente autocrítica, reflexión y perfeccionamiento del
equipo docente.
• Evita sentimientos de angustia, de ansiedad, de incertidumbre en el día a
día y en su lugar logra un sentimiento de seguridad y confianza en lo que
tiene que hacer en el aula.
• Favorece la mejora continua, la búsqueda de la calidad y la autoformación
del personal docente, ya que la programación se convierte en un punto de
referencia sobre el que trabajar y avanzar, realizando constantes mejoras a
partir de la información que vamos obteniendo.
• Permite reflexionar sobre la propia actuación docente, sobre todo atendiendo
a aquellos elementos comportamentales y actitudinales que propicien el
respeto mutuo y el respeto a la diversidad del grupo en el aula.
• Facilita el control de elementos actitudinales que puedan aparecer en el
desarrollo del proceso.
• Imprime rigor y calidad a la actuación docente.
• Facilita la tarea del profesorado en caso de sustituciones. De esta forma se
sabe hacia dónde y cómo se debe llegar con el alumnado, ya que se tiene
recogido en la programación.
• Permite la evaluación del proceso formativo contrastando la adecuación de
los resultados a las previsiones realizadas.
• Sirve como apoyo para próximos cursos, pudiéndose consultar y ajustar de
acuerdo a las necesidades.
Al alumnado:
• Facilita la comprensión de las actividades propuestas así como la ubicación
en el proceso formativo, esto es, permite conocer en qué momentos del
curso se encuentra, qué se ha visto ya y qué queda por tratar.
• Favorece la autoorganización del alumnado, mostrándole los contenidos
del curso, la distribución de estos en el tiempo, los recursos didácticos
disponibles, etc.
·Propicia procesos formativos basados en el aprendizaje
autónomo.
• Permite la autoevaluación del alumnado, ya que en la medida en que
conozcan lo que se exige, podrá medir sus propios logros.
• Facilita la creación de un clima de confianza en el propio proceso.
A la institución:
• Informa a otros profesionales (coordinación, dirección, etc.) en qué va a
consistir nuestro curso.
• Cumple con los requisitos administrativos, ya que en muchos centros de
formación y administraciones públicas la programación es una de las
primeras exigencias que se le hace al profesorado.
• Evalúa el papel del docente. Es cada vez más frecuente que para seleccionar
al profesorado de un curso se le pida como prueba la realización de una
programación o proyecto formativo y en función de ella se le evalúe.
Entendemos que para que realmente una programación cumpla con todas estas
funciones, ésta debe ser realizada por el formador que debe conocer a fondo tanto la
materia a enseñar, como la manera en que va a facilitar las interacciones con y entre
el alumnado, las actividades y metodología que seguirá, recursos a utilizar, forma de
evaluar, etc.

4. CARACTERÍSTICAS DE LA PROGRAMACIÓN.
Toda programación didáctica ha de poseer las siguientes características (Programa
Libra, 1997):
• Dinámica: una programación nunca es algo totalmente acabado y estático,
sino que está en constante revisión. Evoluciona en función de la información
que vamos obteniendo sobre los resultados parciales del desarrollo del curso.
• Flexible: permite llevar a cabo modificaciones, ampliaciones y
actualizaciones de los contenidos y actividades previstas, en caso necesario.
• Creativa: al tratarse de un diseño propio y exclusivo, exige creatividad y
originalidad. Cada programación debe tener la huella personal del formador
que la realiza.
• Plural: la programación se diseña para acciones formativas dirigidas a
personas de diversa índole, cultura, género, raza, etc. y ha de contemplar
las características de esta diversidad del grupo.
• Prospectiva: la programación consiste en realizar un pronóstico de la
interacción que se va a producir en el aula.
• Sistemática: la programación es un proceso sistematizador que da
coherencia a la acción formativa, contemplando todos los elementos
intervinientes en el acto educativo y analizando sus relaciones.
• Integradora: permite integrar elementos de cualificación técnicoprofesionales
con elementos de cualificación personal del alumnado.
• Funcional: la programación debe estar basada en la realidad de la ocupación
que se va a enseñar y por tanto debe servir y ser útil para la práctica real de
dichas competencias profesionales.

5. ELEMENTOS DE LA PROGRAMACIÓN.
La programación, como hemos visto, se concibe como un proceso integrador y
sistematizador, que implica estructurar la acción formativa mediante la correcta
coordinación de fines y medios, contenidos, objetivos y métodos.
Cuando nos encargan la programación de un curso debemos plantearnos algunas
cuestiones:
• A qué grupo de alumnos/as va dirigido el programa: grupo de aprendizaje.
• Qué se considera imprescindible que aprenda el alumnado al finalizar el
curso: objetivos.
• Qué conocimientos deben adquirir para que el alumnado alcance los
objetivos: contenidos.
• Cómo trabajar esos contenidos en el aula, con qué actividades: metodología.
• De cuánto tiempo disponemos y cuánto se dedicará a cada tema:
temporalización.
• Qué medios didácticos se requieren para realizar esas actividades: recursos
didácticos.
• Cómo sabremos que se ha producido el aprendizaje: criterios de evaluación.

En el terreno educativo no existe un único modelo de programación. Distintos
autores hacen diferentes propuestas con distintos niveles de complejidad.
Nosotros no creemos que los modelos más complejas sean los más efectivos.
Además si tenemos en cuenta que la programación debe cumplir una serie de funciones también para el alumnado, ésta no debe ser tan compleja como para convertirse en un
documento técnico difícil de entender para los participantes. Teniendo esto en cuenta,
el modelo de programación que nosotros vamos a plantear sigue el siguiente guión:
1. Justificación del curso.
2. Grupo de aprendizaje.
3. Objetivos del curso:
• Objetivo General
• Objetivos Específicos
4. Contenidos del curso.
5. Metodología del curso.
6. Temporalización del curso.
7. Instalaciones y recursos didácticos.
8- Evaluación del curso.

Seguidamente, cada módulo ha de desarrollarse de la siguiente manera:
1. Nombre del módulo.
2. Duración total del módulo.
3. Objetivos del módulo.
3. Contenidos del módulo.
• Contenidos Conceptuales.
• Contenidos Procedimentales.
• Contenidos Actitudinales.
4. Evaluación del módulo

Debemos resaltar que todos los elementos de la programación se relacionan entre
sí, influyendo cada uno de ellos en los demás. La programación está por tanto lejos de
ser un proceso lineal, cerrado y mecánico.

JUAN LUIS HUESO LÓPEZ
MANUEL CALVILLO MAZARRO

lunes, 19 de noviembre de 2007

Decálogo para formar un delincuente

DECÁLOGO para formar un delincuente

El popular juez de menores de Granada, Emilio Calatayud, conocido por sus sentencias educativas y orientadoras, ha publicado un libro 'Reflexiones de un juez de menores' (Dauro) en el que inserta un ' Decálogo para formar un delincuente'. Es muy interesante. Dice así:


1: Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2: No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.

3: Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.

4: No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.

5: Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.

6: Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.

7: Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.

8: Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.

9: Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.

10: Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

martes, 13 de noviembre de 2007

ÁMBITO DE ACTUACIÓN DE UN FORMADOR DE ADULTOS
1. INTRODUCCIÓN.
En este tema vamos a enumerar los diferentes ámbitos de actuación en los que un profesional puede desempeñar la tarea de formación de adultos, pero para ello, antes de nada, sería interesante que definiéramos el concepto de formación de adultos para así poder comprender la amplitud del concepto.
En julio del año 1997 se celebró en Hamburgo (Alemania) la V Conferencia Internacional sobre Educación de Adultos organizada por la UNESCO (Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas). En la Declaración de Hamburgo sobre la Educación de Adultos se define la educación de adultos de la siguiente manera:
Definición de educación de adultos
"Por educación de adultos se entiende el conjunto de procesos de aprendizaje, formal o no, gracias al cual las personas que la sociedad considera adultas desarrollan sus capacidades, enriquecen sus conocimientos y mejoran sus competencias técnicas o profesionales o las reorientan a fin de atender sus propias necesidades y las de la sociedad. La educación de adultos comprende la educación formal y la permanente, la educación no formal y toda la gama de oportunidades de educación informal y ocasional existentes en una sociedad educativa multicultural, en la que se reconocen los enfoques teóricos y los basados en la práctica". (UNESCO, 1997).
Siguiendo la Declaración de Hamburgo, la educación se convierte en educación a lo largo de toda la vida y es, por lo tanto, más que un derecho: es una de las claves del siglo XXI. Es, a la vez, consecuencia de una ciudadanía activa y una condición para la participación plena en la sociedad. Es un concepto sumamente útil para fomentar el desarrollo ecológicamente sostenible, para promover la democracia, la justicia y la
igualdad entre mujeres y hombres y el desarrollo científico, económico y social, así como para construir un mundo en el que los conflictos violentos sean sustituidos por el diálogo y una cultura de paz basada en la justicia. La educación de adultos puede configurar la identidad y dar significado a la vida. Aprender durante toda la vida significa replantear los contenidos de la educación a fin de que reflejen factores tales como la edad, la igualdad entre hombres y mujeres, las discapacidades, el idioma, la cultura y las disparidades económicas.
De todo esto, se desprende el amplio ámbito de actuación en que se puede desarrollar una persona que se dedique a formar a adultos y que pasamos a describir.

2. ÁMBITO DE ACTUACIÓN DE UN FORMADOR DE ADULTOS.
El formador de adultos puede desempeñar su ocupación en muchas áreas de la educación, la cultura y la ciencia. A todas estas personas las catalogamos con la misma etiqueta a pesar de que su objeto de estudio sea radicalmente diferente, aunque la tarea de formar es común a todas.
A continuación pasamos a enumerar los diferentes ámbitos de actuación del formador de adultos:
Ámbito de la alfabetización de adultos. Una de las áreas de trabajo de un formador es la alfabetización de adultos. Se considera la alfabetización como los conocimientos y capacidades básicas que necesitan todas las personas en un mundo que vive una rápida evolución y que van más allá del simple leer, escribir y contar, dado que incluye además, el aportar un crecimiento integral de la persona y una preparación para ejercer su participación en el desarrollo socioeconómico, cultural e independiente del medio donde vive. Por las condiciones socio-políticas y culturales en las que viven, muchas personas no han tenido acceso a la educación en su infancia y adolescencia, y es en su adultez cuando finalmente consiguen acceder al sistema educativo para poder alfabetizarse.
Ámbito de la integración y autonomía de la mujer. Las mujeres tienen derecho a la igualdad de oportunidades; a su vez, la sociedad depende de su contribución plena en todos los campos del trabajo y todos los aspectos de la vida. Por tanto, la educación, integración e igualdad de oportunidades para las mujeres se convierte en otro campo de actuación para el formador de adultos, dada la clara desventaja en el acceso de la educación frente al hombre.
Ámbito de la cultura de paz y educación para la ciudadanía y la democracia. Una de las mayores dificultades de nuestro tiempo es eliminar la cultura de violencia y edificar una cultura de paz basada en la justicia y la
tolerancia en la que el diálogo y la negociación sustituyan la violencia en los hogares y la comunidad, dentro de una misma nación y entre los distintos países. El formador puede desempeñar su labor para trabajar en esta área.
Ámbito de la diversidad e igualdad. La educación de adultos deberá reflejar la riqueza de la diversidad cultural y respetar el saber tradicional y autóctono y los correspondientes sistemas de aprendizaje; se debe respetar y ejercer el derecho de aprender en la lengua materna. Una de las tareas más difíciles que ha de cumplir la educación de adultos es la de preservar y documentar la sabiduría oral de los grupos minoritarios, los pueblos indígenas y los pueblos nómadas. A su vez, la educación intercultural debe fomentar el aprendizaje entre y sobre diferentes culturas en apoyo de la paz, los derechos humanos y las libertades fundamentales, la democracia, la justicia, la libertad, la coexistencia y la diversidad.
Ámbito de la educación para la salud. La salud es un derecho humano básico. Las inversiones en educación son inversiones en salud. La educación a lo largo de toda la vida puede contribuir considerablemente al fomento de la salud y la prevención de las enfermedades. La educación de adultos brinda importantes posibilidades de proporcionar un acceso apropiado, equitativo y sostenible al conocimiento sanitario.
Ámbito del medio ambiente sostenible. La educación para un medio ambiente sostenible debe ser un proceso que dure toda la vida y que permita aprender que los problemas ecológicos existen en un contexto socioeconómico, político y cultural. No se puede pensar en un futuro sostenible sin abordar las relaciones entre los problemas ambientales y los actuales paradigmas del desarrollo. La educación de los adultos sobre el medio ambiente puede cumplir una importante función en la sensibilización y movilización de las comunidades y los responsables políticos con miras a una acción ambientalmente sostenible.
Ámbito de la formación ocupacional. La mundialización, los cambios de las pautas de producción, el aumento del desempleo y las dificultades para garantizar el sustento exigen políticas laborales más activas y más inversiones a fin de desarrollar las capacidades necesarias para que mujeres y hombres puedan participar en el mercado del trabajo y en actividades generado-ras de ingresos. El formador dedicado a la cualificación de trabajadores cobra un importante protagonismo en la actualidad.
Ámbito de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Acceso a la información. La expansión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación conlleva nuevos peligros de exclusión social y la
boral para grupos de individuos y aún para empresas incapaces de adaptarse a este contexto. Por lo tanto, una de las funciones de la educación de adultos en el futuro debe consistir en limitar estos peligros de exclusión, de modo que la sociedad de la información no pierda de vista la dimensión humana.
Ámbito del colectivo de mayores. En la actualidad hay en el mundo más personas de edad por habitante que nunca antes, y la proporción sigue en aumento. Estos adultos de edad pueden contribuir mucho al desarrollo de la sociedad. Por lo tanto, es importante que tengan la posibilidad de aprender en igualdad de condiciones y de maneras apropiadas. Sus capacidades y competencias deben ser reconocidas, valoradas y utilizadas.
Ámbito del colectivo de personas con discapacidad. De acuerdo con la Declaración de Salamanca, se debe promover la integración y el acceso para las personas afectadas por minusvalías. Estas personas tienen derecho a disfrutar de posibilidades equitativas de aprendizaje que reconozcan y respondan a sus necesidades y metas de educación, y en las cuales se responda a sus necesidades especiales de aprendizaje con técnicas pedagógicas adecuadas.
Como podemos observar, son muchas las áreas en las que un formador puede desempeñar su ocupación, todo ello depende de donde se encuadre su trabajo, el sector productivo en el que esté inmerso y los intereses y cualificaciones que el mismo formador posea. Pero independientemente de su bagaje de conocimientos, del lugar donde desarrolle su acción formativa y los contenidos propios de su programación didáctica, la tarea de formar tiene una serie de pautas comunes válidas para todos los profesionales dedicados a la educación de adultos. A lo largo de este capítulo, continuaremos analizando su perfil profesional, sus competencias laborales y las habilidades propias de su quehacer profesional.